Sabores Frescos

· Equipo de Naturaleza
¿Alguna vez te has encontrado alcanzando el salero solo para hacer que la cena tenga un sabor interesante? Hay una mejor manera. Las hierbas frescas pueden transformar por completo un plato sin añadir sodio extra ni sabores artificiales.
Desde albahaca hasta romero, estos poderosos verdes están llenos de aceites naturales que le dan a la comida un toque brillante y fresco, e incluso vienen con beneficios para la salud.
Comienza con Hierbas Frescas
Las hierbas secas tienen su lugar, pero las frescas son insuperables cuando quieres un gran sabor. Albahaca, cilantro, perejil, romero, tomillo y eneldo son excelentes opciones para tener a mano. Si es posible, cultiva algunas en pequeños recipientes cerca de tu cocina. De esa manera, puedes cortar exactamente lo que necesitas, y el sabor estará en su punto máximo.
Prepara tus Propias Mezclas de Hierbas
Las mezclas de condimentos compradas en tiendas a menudo vienen cargadas de sal o conservantes. Hacer tu propia mezcla solo lleva minutos y te pone en control de lo que va en tu comida. Aquí tienes tres mezclas sencillas para probar:
1. Mezcla al Estilo Italiano: Combina albahaca, orégano, tomillo y perejil picados. Perfecto para salsas de pasta, verduras asadas y pan plano.
2. Frotación de Hierbas Cítricas: Mezcla romero, tomillo, ajo y ralladura de limón. Ideal para alternativas de pollo asado, pescado o incluso verduras a la parrilla.
3. Salsa Verde Fresca: Mezcla cilantro, perejil, ajo, aceite de oliva y jugo de limón. Rocía sobre tacos, platos de granos o huevos revueltos para un impulso rápido de sabor.
Infusiona Aceites y Vinagres
Los aceites y vinagres infusionados son fáciles de hacer y elevan instantáneamente la cocina diaria. Llena una botella de vidrio limpia con ramitas de romero, tomillo o albahaca, luego agrega aceite de oliva o vinagre. Déjalo reposar unos días y tendrás un potenciador de sabor personalizado para ensaladas, adobos o para mojar pan. Solo asegúrate de almacenar los aceites infusionados en el refrigerador y usarlos dentro de un par de semanas para mantenerlos frescos.
Convierte las Hierbas en Pestos y Pastas
El pesto no es solo para la albahaca. Intenta mezclar perejil, rúcula o cilantro con ajo, frutos secos, aceite de oliva y un chorrito de limón. Obtendrás una salsa rica y vibrante que puedes mezclar con pasta, untar en sándwiches o verter sobre verduras asadas. Estas pastas se congelan bien, así que puedes hacer un lote grande y tenerlas listas para las noches ocupadas.
Seca y Almacena para Más Tarde
Si tienes más hierbas de las que puedes usar, secarlas es una manera inteligente de evitar desperdicios. Átalas en pequeños ramos y cuélgalas boca abajo en un lugar fresco y seco. Una vez secas, desmenuza en frascos herméticos. Se mantendrán durante meses y seguirán siendo potentes en sopas, guisos y mezclas de especias caseras.
Beneficios para la Salud Más Allá del Sabor
Muchas hierbas ofrecen más que solo buen sabor. Por ejemplo, el perejil es rico en vitamina C y antioxidantes, mientras que el romero contiene compuestos naturales asociados con una mejor memoria y enfoque. El cilantro puede ayudar a que tu cuerpo elimine metales pesados, y el tomillo es conocido por sus propiedades antimicrobianas. Agregar hierbas es una forma sencilla de aumentar la nutrición sin calorías extra.
Úsalas Creativamente
Las hierbas no son solo para cocinar. Agrega menta al agua con gas, infusiona manzanilla o melisa para un té calmante, o mezcla eneldo en yogur para un dip rápido. Incluso un puñado de hierbas picadas esparcido sobre un plato terminado puede hacer que se vea más fresco y tenga un sabor más brillante. Usar hierbas como condimentos naturales se trata de más que reemplazar la sal y salsas empaquetadas, se trata de convertir la cocina cotidiana en algo vibrante y nutritivo. Una vez que comiences a experimentar, te encontrarás deseando agregar un puñado de verde a todo lo que cocinas.