Plantas Ancestrales
Marta
Marta
| 01-09-2025
Equipo de Naturaleza · Equipo de Naturaleza
Plantas Ancestrales
¿Alguna vez has percibido un aroma tan extraño y terroso que se siente como si hubieras entrado en otro mundo? Eso me pasó en una granja urbana local la primavera pasada. Me incliné sobre una planta frondosa, de color verde plateado, e inhalé; era desconocido, picante, casi mítico. "Eso es silphium", dijo el jardinero. "A los romanos les encantaba.
Casi lo adoraban. Creían que estaba extinguido". Quedé atónito. ¿Cómo podía estar ausente una planta durante 2,000 años y ahora volver? Resulta que hay un movimiento silencioso en marcha: revivir las bases botánicas de las antiguas civilizaciones.
Desde los templos llenos de incienso de Egipto hasta las boticas de Roma y los caminos de especias de los mayas, se están desenterrando hierbas y especias olvidadas, replantadas y redescubiertas, no solo por su sabor, sino por sus historias, rituales y propiedades curativas. Adentrémonos en tres fascinantes plantas de la antigua Egipto, Roma y el mundo maya, y cómo puedes cultivarlas (o degustarlas) hoy en día.
Plantas Ancestrales

1. Fenogreco: La Semilla Dorada de Egipto

Abre un frasco de semillas de fenogreco y olerás algo extrañamente familiar: dulce, a nuez, casi como sirope de arce. Pero esta pequeña semilla dorada tenía mucho más significado en el antiguo Egipto de lo que la mayoría de la gente se da cuenta. No era solo para cocinar; era ritual, remedio y vida diaria en un solo paquete. El fenogreco se usaba en los rituales de momificación, perfumes e incluso ofrendas a los dioses. Pero también tenía usos muy prácticos. Los médicos egipcios lo recetaban para todo, desde problemas respiratorios hasta la recuperación del parto. Las semillas se remojaban y masticaban, se hervían en tónicos o se molían en pasta para el cuidado de heridas.
Lo impresionante es cómo la ciencia moderna ahora está alcanzando estos descubrimientos. Según una revisión de 2022 en Investigación de Fitoterapia, el fenogreco ha demostrado ser prometedor en el equilibrio de azúcar en la sangre, la reducción de la inflamación y el alivio del malestar menstrual. Resulta que los antiguos estaban en algo.
Y sí, puedes cultivarlo en casa perfectamente:
1. Remoja las semillas durante la noche antes de plantar.
2. Elige un contenedor ancho y poco profundo o una cama de jardín con suelo bien drenado.
3. Siembra directamente y mantén la capa superior húmeda; las plántulas aparecen en 3-5 días.
4. Cosecha las hojas tiernas temprano (dentro de 20-30 días) como micro verduras o espera 6-8 semanas para las semillas.
Tanto las hojas como las semillas son comestibles. Las hojas tienen un ligero sabor amargo, parecido a las espinacas, que queda perfecto en pan plano, mientras que las semillas se pueden tostar ligeramente para resaltar su sabor a arce y curry. Agregar una cucharada de esta especia antigua a tus comidas no es solo un impulso de sabor, es una conexión con una cultura que valoraba la semilla tanto por su misterio como por su medicina.

2. Silphium: El Tesoro Perdido de Roma

El silphium es una de las plantas más misteriosas de la historia. Era tan valioso para la antigua Roma y anteriormente para los griegos que aparecía en monedas. Los romanos lo usaban como especia, base de perfume e incluso medicina. Pero alrededor del siglo I d.C., desapareció, se cree que fue sobreexplotado hasta la extinción. Así que cuando unos pocos botánicos en una región mediterránea encontraron recientemente una planta con propiedades casi idénticas, el mundo se dio cuenta. Aunque no se ha confirmado genéticamente como silphium, comparte muchas de las mismas características y un fuerte aroma aromático.
¿Qué hizo que el silphium fuera tan amado?
1. Tenía un sabor picante y a ajo que condimentaba la comida sin abrumarla.
2. Se usaba para tratar la tos, la indigestión e incluso como anticonceptivo, según algunos historiadores.
3. Sus semillas en forma de corazón se convirtieron en un símbolo en el arte romano, posiblemente el origen del moderno corazón de amor.
Los jardines modernos no pueden cultivar verdadero silphium (todavía), pero su pariente vivo más cercano, Férula tingitana, puede crecer en climas mediterráneos o con ayuda de un invernadero. Prefiere suelo arenoso, pleno sol y agua mínima. Aunque aún no está listo para uso culinario, los investigadores están trabajando en extractos seguros y aplicaciones culinarias, con la esperanza de reintroducirlo pronto en nuestras estanterías de especias.
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3. Hoja Santa: La Hoja de la Memoria Maya

En las colinas húmedas y verdes del antiguo mundo maya, la hoja santa era más que un elemento básico de cocina; era medicina, envoltura y ritual.
Esta hoja en forma de corazón, conocida por su sutil sabor a anís y sasafrás, era utilizada por los mayas para envolver tamales, dar sabor a guisos e incluso ayudar a la digestión. Aún se encuentra en platos tradicionales hoy en día, pero fuera de su región nativa, acaba de empezar a ganar popularidad.
Cultivar Piper auritum, el nombre botánico de la planta, es sorprendentemente sencillo:
1. Prospera en semisombra, suelo húmedo y climas cálidos.
2. Puede crecer hasta 6-8 pies de alto si se deja sin podar.
3. Las hojas se pueden cosechar según sea necesario, generalmente 3-6 meses después de la siembra.
Hoy en día, se está redescubriendo no solo por su uso culinario, sino también por su capacidad para apoyar la salud intestinal y calmar las molestias estomacales, beneficios conocidos desde hace mucho por las comunidades indígenas. Lo mejor? Las hojas frescas de hoja santa pueden reemplazar el papel aluminio o el film plástico para vaporizar. Es biodegradable, aromático y lleno de tradición ancestral.

¿Por qué Estas Plantas Importan Hoy en Día?

Hay algo reconfortante en cultivar una planta que una vez aromatizó la bebida de Cleopatra o decoró un puesto de mercado romano. Estas no son solo curiosidades botánicas, son memorias vivas. Llevan siglos de cultura, medicina y sabor en sus raíces. En un tiempo donde todo se siente nuevo y rápido, estas hierbas antiguas ofrecen un contrapeso: lentitud, misterio, profundidad. Nos invitan a preguntarnos, ¿qué hemos perdido en el camino? Y quizás, más importante aún: ¿qué podemos recuperar?
La próxima vez que agregues albahaca o romero a un plato, tómate un momento. Estas hierbas antiguas no son solo historia. Son un recordatorio de que el sabor, la curación y la historia están profundamente entrelazados. Y a veces, todo lo que se necesita para redescubrirlos es una maceta de tierra y un poco de curiosidad.