El pastel vasco es una delicia que combina tradición y sabor. Este postre, originario del País Vasco, ha sido parte de la cultura culinaria durante siglos.

Con una base de masa crujiente y un relleno cremoso, representa la historia, la hospitalidad y el amor por los ingredientes locales que caracteriza a esta región.

Un vistazo al origen del pastel vasco

Su historia comienza en el siglo XVII, cuando en hogares vascos se elaboraba esta receta para festejar eventos importantes. Originalmente, se rellenaba con crema pastelera o mermeladas caseras, como la de cerezas negras, muy comunes en el País Vasco francés. Esta tradición cruzó fronteras y se mantiene viva gracias a la transmisión de recetas familiares.

Ingredientes esenciales para la receta clásica

Para hacer el pastel vasco en casa, necesitarás:

Masa:

200 g de mantequilla.

200 g de azúcar.

300 g de harina.

2 huevos.

Relleno:

500 ml de leche.

2 yemas de huevo.

50 g de maicena.

100 g de azúcar.

1 vaina de vainilla.

Elaboración paso a paso

- Mezcla mantequilla y azúcar hasta obtener una textura cremosa.

- Incorpora los huevos y la harina para formar la masa; refrigera.

- Hierve la leche con vainilla; mezcla las yemas, azúcar y maicena aparte.

- Une ambas mezclas y cocina hasta espesar; deja enfriar.

- Extiende la masa en un molde, rellénala con la crema y cubre con otra capa de masa.

- Hornea a 180 °C por 35-40 minutos hasta dorar.

La evolución de un clásico

Aunque se mantiene fiel a su versión original, hoy en día el pastel vasco ha inspirado variaciones modernas con rellenos como chocolate, frutos secos o compotas tropicales. No obstante, la versión tradicional sigue siendo la favorita por su simplicidad y conexión con la historia.

Conclusión: Dulzura con raíces

El pastel vasco es más que un postre, es un emblema cultural que conecta generaciones. Prepararlo no solo es disfrutar de un dulce delicioso, sino también honrar la riqueza histórica del País Vasco.